La fiebre o las infecciones no son los únicos males que pueden afectar a los niños. Algunos padres de familia se olvidan que los trastornos mentales también pueden hacer daño a sus hijos menores de edad.
Un estudio del Instituto de Salud Mental Infantil de los Estados Unidos evidencia que el 50% de las enfermedades psiquiátricas aparece antes de los 14 años de edad. Y se calcula que el 20% de niños y adolescentes, en el mundo, padece trastornos mentales.
Ya por el año 1800 se hicieron los primeros psicoanálisis a niños y desde 1700 se comenzó a investigar lo que hoy se conoce como Trastorno de Deficiencia de Atención e Hiperactividad, que da sus alertas en el aula de clases. Abreviado como TDAH -por sus siglas en inglés- es la patología mental más común entre los infantes.
Es un trastorno de conducta y María Emilia lo tiene. En casa se lo detectaron desde que nació. "Le hablábamos y miraba a otro lado. Después, en la escuela, las maestras dijeron que no acataba las órdenes ni copiaba las tareas", recuerda su tía en la sala de espera del pabellón infanto-juvenil del Instituto de Neurociencias.
En esta área del hospital de la Junta de Beneficencia de Guayaquil dan atención médica a unos 150 niños y adolescentes al día, y va en aumento. El miércoles, en uno de los consultorios, María Emilia hacía su terapia. Sobre una matriz de plástico en forma de flor debía colocar pequeñas piezas de colores, sin distraerse.
La pedagoga terapeuta Irene Villacreses no despegó la mirada de la niña de 7 años y de otro pequeño de 10, también con TDAH. Con el ronquido del aire acondicionado o el chillido de la puerta su concentración se desviaba.
Para esta especialista el trastorno es más común de lo que se piensa. "En cada salón de clases puede haber de dos a tres niños que no son tratados, que pasan por malcriados o vagos y que son marginados por los profesores, cuando en realidad tienen una enfermedad".
Olvidadizos, con dificultad para concentrarse, no pueden permanecer inmóviles o sentados en un solo lugar. Estos son algunos síntomas del TDAH. Suelen presentarse con más fuerza entre los 6 y 9 años, pero empiezan antes de los 4 años de edad. El diagnóstico temprano ayuda a aplicar un tratamiento adecuado, con medicación y medidas psicoeducativas.
Fabrizio Delgado, director del Instituto, explica que hay un trasfondo neurológico. Los niños sufren un déficit de sustancias químicas (o neurotransmisores como la dopamina) que ayudan a enviar señales entre las neuronas.
"Por eso, si leen un texto, llegan al primero, segundo párrafos y luego su mente se va. Cuando vuelven a la lectura ya perdieron una parte y tratan de hacer una conexión, pero no lo logran", explica Delgado.
Otros trastornos frecuentes son los asociados al aprendizaje. La prueba está sobre el escritorio del Departamento de Psicopedagogía del Instituto. Entre las carpetas del psicopedagogo George Ronquillo hay hojas garabateadas, con rasgos confusos, irregulares.
Ronquillo dirige las terapias de niños con problemas de disgrafía, un trastorno de la escritura. Luis tiene 8 años y toma el lápiz con dificultad. Titubea mientras procura no esbozar la letra p al revés.
Ahí también acuden niños con problemas de dislexia (dificultad en la lectura), disortografía (déficit específico de la ortografía) y discalculia (afecta al aprendizaje de las matemáticas básicas).
Ronquillo explica que el origen de estos trastornos es la falta de estimulación temprana desde la infancia. La otra causa está en el hogar, pues considera que entre el 40 y 50% del problema nace de factores emocionales como la migración, divorcios y el maltrato.
Los trastornos emocionales se suman a esta lista. Son la segunda patología psiquiátrica más común en niños, por datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC). Los niños y adolescentes también son parte de los 350 millones de personas con problemas depresivos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Delgado aconseja identificar estos comportamientos a tiempo: irritabilidad, cuadros de ansiedad, rabietas, conductas desafiantes a la figura de autoridad, largos episodios de tristeza, soledad, cambios de hábitos en la alimentación o al dormir que se extiendan por más de dos semanas. Estos son signos de alarma para actuar.
Psiquiatría y niñez
La escasa cantidad de psiquiatras y psicólogos infantiles es global, pero se acentúa en nuestro país. En el área infanto-juvenil del Instituto de Neurociencias laboran cuatro psiquiatras infantiles, cuatro terapeutas, dos psicólogas de niños y una pediatra.
La OMS impulsa políticas para prevenir los trastornos mentales en niños y adolescentes. Hay planes escolares de prevención del maltrato y programas para mejorar las aptitudes cognitivas y sociales de los niños.
La capacitación a los maestros es otro paso que aún no se concreta. Desde la escuela pueden ayudar a identificar estos trastornos para aplicar las terapias a tiempo.
In El Comercio.com, 31/03/2013: http://www.elcomercio.com/sociedad/trastorno-mental-ninos-termometro-mente-infantil-salud-preventiva_0_893310723.html
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